Imágen de autor desconocido. |
El invierno llegó indeciso,
y se fue vistiendo poco a poco
de tormentas y aguaceros.
Lo miré por la ventana
y entendí que fuera gris, y frío.
No era culpa del invierno
ser diferente al verano.
Lo quise pintar de colores,
mas cuánto más yo lo intentaba,
él más llovía.
Entonces me manché los brazos
con flores, celajes y acuarelas.
Salí a la calle y lo abracé con fuerza.
Hoy el invierno luce un arco iris...
yo un poquito de lluvia en la mirada.
Imagen de autor desconocido |
Quisiera tirarte en la cara
los rencores que no siento;
tener a mi favor mil argumentos
que no tengo.
Recurrir a la razón
que no existe;
ser abogada
de esta condenada a muerte.
Mas no puedo.
No tengo en mi haber
más que recuerdos
de tiempos que no recuerdas.
Soy como un alma en pena
que se niega a la muerte;
ese recuerdo incómodo
que olvidas a fuerzas.
Existo aquí;
y estoy hecha de palabras,
que se enredan y confunden
en el camino a tus ojos,
y te llegan imperceptibles
como las voces rotas
de los fantasmas en vida.
http://www.viviani.cl/fotos/patagonia/nocturnas-de-aysen/ region-de-aysen/arbol-al-viento.html |
Te hablo con palabras mudas,
con mi voz ahogada.
Me pierdo en sueños locos,
de imágenes confusas.
Te hablo con mis pensamientos,
te grito pistas pequeñas.
Te entrego mi orgullo inútil,
como ofrenda al pasado.
Te mando palabras tímidas,
pequeñas, sonrojadas;
mis súplicas secretas,
mis cantos de amores viejos.
Te entrego esta tierra,
en esas tus manos suaves,
para que plantes de nuevo,
en estos surcos inertes,
millones de flores blancas.
Ilustración de autor desconocido |
No vi forma de salvarnos.
¿Cómo salvar aquel amor adolescente
de la distancia, del tiempo y de la ausencia?
¿Cómo sentirme cerca de tu alma…
estando tu cuerpo tan lejano?
No vi forma de salvarnos amor,
aflojé la mano…
y te dejé libre como un chorrito de arena.
Volví la cara y abracé la vida,
nueva, fresca, vestida de esperanza.
No veo forma ahora de salvarme,
de los reproches desafiantes del pasado,
si los años se amontonan en mi rostro,
si el hueco en mi corazón…
tiene tu nombre.
Tomo posesión de esta tierra
vieja y conocida.
Clavo en ella mi bandera,
y este día, lo declaro mío.
En este vasto horizonte,
que acaparo en mis pupilas,
planto mi sol ardiente
y quemo con él este cielo,
que también es mío.
En esta pared que invento,
cuelgo mis armas;
y escribo al tiempo un himno,
en el que declaro la guerra
a quien se atreva a levantar su mano
en contra de la independencia
de este país femenino.
Cruzo en mi pecho esta cinta
en la que consta claramente
que en este país soy dictadora,
le duela a quien le duela.
Por aquí cerca del borde
planto este enorme anuncio:
Se reciben visitas,
siempre y cuando quiera usted
disfrutar de esta tierra tal cual la encuentra.
Y si no le sirve así,
¡que le vaya bien!
Y en mis monedas de plata
tallo un escudo laureado
con una leyenda que dice:
Prohibidas las manipulaciones.
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Sobre este espacio
Desde el árbol de limón de mi infancia, bajo el cual jugué con muñecas y cosí diminutos vestidos, dije unas cuantas palabras de las que no podía decir en voz alta. No era dueña de las palabras.
Me fui, pero llevé el árbol de limón en el recuerdo.
Fui la niña torpe y libre, la adolescente culpable, la mujer que sueña, la mujer que intenta.
Pasados unos cuantos años soy dueña de varias cosas: amores, desamores, deudas, compromisos, unos cuantos aparatos, libros, algunos títulos guardados en alguna gaveta, palabras y muchos silencios.
Hay quienes conocen mis silencios, pero vos que estás de paso y leés de casualidad este puñado de escritos, conocerás mis palabras.
De antemano muchas gracias.
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