Como decir un tulipán

viernes, 16 de septiembre de 2011


Venís a mí del pasado,
como si el tiempo no transcurriera.

Yo te observo con cuidado y me pregunto…
¿cómo es por dentro ese corazón tuyo?
¿Cómo es ahora
que los años nos han moldeado
a punta de amores y olvidos?

Me mirás con tus ojos de siempre,
y yo te miro no sé ni cómo…

¡Cómo cambia el amor con los años!

El mío que fue antes fuego,
hoy se ha vuelto flor...
blanca...como decir un tulipán…

Me decís un piropo indebido,
y te reís.
Y tu sonrisa ilumina todo.

Quisiera abrazarte y hablarte,
del tamaño de este amor,
y que sepás  que no volverá a ser fuego,
mas será siempre flor.

No hace falta decir
que hay reglas…
hechas de humo,
fuertes como cadenas.

Un amor de flor y fuego
vale más este amor que es solo flor.

Así que te vas
y yo te despido...
y me pongo una mano en el pecho,
para tapar este huequito
que me dejás en el alma...
con forma de tulipán. 



No soy

martes, 13 de septiembre de 2011



 Yo no soy esto que ves
y que crees  podés medir
y sopesar.

No soy  la de palabra torpe,
predecible y transparente.

No soy este cuerpo,
ni este rostro,
ni una invitación a almorzar.

Y no soy este cabello lacio,
ni esta mirada que crees entender,
ni mis manos indecisas,
ni mis besos tímidos
pretendiendo no serlo.

Yo no soy esta de cara triste
que sostiene el lápiz,
y que dibuja rostros
 inventados
siempre hermosos.

Yo no soy la que camina,
la de mirada perdida,
sobre estos tacones negros,
ni la que hace dieta,
ni la que canta canciones tristes.

No pretendas verme desde ahí,
desde tu mundo lejano,
esa que ves desde ahi,
esa no soy yo.

Sobre este espacio

Desde el árbol de limón de mi infancia, bajo el cual jugué con muñecas y cosí diminutos vestidos, dije unas cuantas palabras de las que no podía decir en voz alta. No era dueña de las palabras.

Me fui, pero llevé el árbol de limón en el recuerdo.

Fui la niña torpe y libre, la adolescente culpable, la mujer que sueña, la mujer que intenta.

Pasados unos cuantos años soy dueña de varias cosas: amores, desamores, deudas, compromisos, unos cuantos aparatos, libros, algunos títulos guardados en alguna gaveta, palabras y muchos silencios.

Hay quienes conocen mis silencios, pero vos que estás de paso y leés de casualidad este puñado de escritos, conocerás mis palabras.

De antemano muchas gracias.

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